1. No aceleres bruscamente, hazlo suave y paulatinamente.
2. Evita sobrepasar las 3 mil revoluciones por minuto o, por lo menos, mantente por debajo de la línea roja del tacómetro.
3. Si tu auto es estándar, mantén las velocidades por arriba de las mil revoluciones por minuto; tampoco es bueno que lo lleves a bajas revoluciones durante periodos de tiempo prolongados.
4. No excedas los tres cuartos de la velocidad máxima que puede alcanzar tu vehículo; muchas veces el velocímetro marca más de lo que puede alcanzar, pregunta en la agencia cuál es su tope de velocidad real y en base a esto realiza el cálculo.
5. Checa la temperatura periódicamente para cerciorarte que el sistema de enfriamiento esté funcionando correctamente.
6. Evita usar el aire acondicionado durante los primeros 500 kilómetros; este mecanismo le resta potencia al motor obligándonos a acelerar más, lo cual le exige un mayor esfuerzo al tren motriz.
7. Frena con suavidad, recuerda que los frenos están muy rígidos y el calor excesivo puede hacer que se deformen; toma en cuenta esto por lo menos durante los primeros 200 kilómetros, claro, a menos que sea una situación de emergencia.
8. No sobrecargues tu vehículo ya que mientras más peso lleva, más esfuerzo realiza el motor; si no te queda de otra, trata de no recorrer distancias muy largas con el vehículo sobrecargado.
9. No pases por charcos a altas velocidades ni intentes derraparte; las llantas tienen una capa de barniz en la banda de rodadura que les resta adherencia, esta capa se elimina después de 500 kilómetros de rodadura.
10. Puedes sacar el coche a carretera mientras lleves a cabo los cuidados anteriores, aunque la mejor forma de que un coche se adapte a todo tipo de movimientos es en el ajetreado ritmo de una ciudad, ya que son distancias cortas con velocidades variables.
No hay comentarios:
Publicar un comentario